Durante el embarazo la piel es más sensible a los efectos del sol. Por eso, es muy importante estar informadas para protegerse de la mejor manera.
Los Cambios de la Piel durante el Embarazo
La piel de las embarazadas sufre determinados cambios durante la gestación del bebé; uno de los más comunes es la hiperpigmentación (aumento del color de la piel) generalizada o localizada.
Estas manchas se llaman cloasma o máscara del embarazo. No se conoce su causa exacta, pero no hay duda de que está relacionada con la exposición al sol y con un exceso de producción por causas hormonales de melanina, el pigmento natural de la piel que la protege de las radiaciones solares.
Generalmente, aumenta el color de la línea que se encuentra en la panza, entre el pubis y el ombligo y que, fuera del embarazo, es blanca. En los primeros meses de gestación, se pigmenta en un tono marrón negruzco. Otras manifestaciones son el aumento de la coloración de los pezones, las axilas y del dorso del cuello.
El cloasma es mayor en mujeres jóvenes y de piel morena. Aparece sobre el cuarto mes y luego se mantiene e incluso se intensifica. Por lo general, desaparece después del parto cuando se produce la regularización hormonal del cuerpo de la madre. Si no sucede esto se debe consultar al dermatólogo.
Es muy importante que todas las embarazadas tomen recaudos a la hora de exponerse al sol. Deben utilizar protectores solares de alta potencia, sombreros, anteojos y reducir al mínimo la exposición a los rayos ultravioletas no sólo para prevenir manchas como el cloasma, sino también el fotoenvejecimiento y el cáncer de piel.
Consultar periódicamente al dermatólogo es la mejor manera de cuidar la salud tu piel.
Fuente: Materna www.materna.com.ar