La rosácea es una afección que provoca piel rojiza y protuberancias pequeñas y llenas de pus en el rostro. Las lesiones características de la piel son enrojecimiento, vasos sanguíneos visibles, pápulas y pústulas. Aparecen en medio de la cara y quienes la padecen experimentan quemazón, ardor, los ojos pueden ponerse rojos, secos y provocar comezón.
Si bien en condiciones normales las siguientes situaciones no afectan a la piel, cuando se padece de rosácea, son motivo suficiente para desencadenar un brote.
Por ello, hay que evitar:
- Los ambientes muy secos, ya que son hostiles para la rosácea.
- Los cambios de temperatura bruscos.
- Los baños con agua muy caliente.
- El contacto directo con el sol.
- Las comidas picantes.
- Tomar alcohol, café o té pueden estimular la dilatación vascular.
Una vez que llega el diagnóstico es muy importante usar productos para pieles sensibles, hidratar la piel y utilizar protectores solares aptos para este tipo de patología. La nueva Emulsión para Rojeces con FPS30 Dermaglós calma, descongestiona y protege la piel del sol, manteniéndola siempre suave e hidratada. Además, su pigmento color verde equilibra el tono de la piel.
Si creés que tenés rosácea, es imprescindible que visites al dermatólogo.