La limpieza de la piel de la cara es un hábito primordial para tener un rostro joven y lleno de vida.
Esto se debe a que cada vez que lo limpiamos retiramos las impurezas tanto del maquillaje como de la contaminación que se encuentra en el medio ambiente. De esta forma los poros respiran libremente pues no hay nada que los obstruya, dando a la piel un aspecto saludable.
Incluso si no se usa maquillaje también se debe limpiar el rostro pues la piel produce normalmente sudor y grasa, y al estar expuesta a agentes externos como la contaminación los poros se cierran y no permiten la libre oxigenación.
Por la noche mientras dormimos, las células reciben una mayor cantidad de oxígeno y los tejidos de la piel se regeneran mucho más rápido haciendo frente a las agresiones que ha sufrido durante el día. Es por esto que la falta de sueño se ve reflejada con los años en arrugas más marcadas.
Por estas razones es importante preparar la piel cada noche, para que el ciclo de regeneración se cumpla adecuadamente, evitando el envejecimiento prematuro de la piel del rostro.
Por la mañana también es recomendable realizar una limpieza para eliminar el exceso de grasa producida durante la noche, devolviéndose su luminosidad, y sobre todo su juventud, ya que ésta no es una cuestión de edad sino de calidad de la piel.
Antes de maquillarse, la piel de la cara debe estar totalmente limpia y libre de impurezas. Se recomienda enjuagar el rostro al menos 2 veces con abundante agua. Además se debe hidratar para que no esté tan expuesta a los componentes químicos del maquillaje y proteger del sol.
Acordate, con una rutina de limpieza y cuidado, tu rostro lucirá saludable y lleno de vida.